En la primera UEL que ganó el Atlético de Madrid, uno de sus rivales en una eliminatoria fue el Galatasaray. En el equipo turco había viejos conocidos de la LFP y otros, que, años después, además de conocidos también serían ídolos rojiblancos. Es el caso de Arda Turan, la estrella de los otomanos decidió probar suerte en España, en el Atlético de Madrid. Antes de que algunos le conocieran en las eliminatorias de la UEL hay otro sector de aficionados al balompié que también sabían cosas de él antes. Fue uno de los mejores jugadores del combinado nacional turco en la Euro 2008. Llegaron a semifinales y perdieron contra Alemania, eso sí, plantando cara y haciéndoles sufrir.
Cuando Arda llegó a Madrid, tardó en adaptarse, tardamos en ver la mejor versión de la fantasía turca que él posee. En su primera temporada una vez afianzado en el once, demostró el porqué de su fichaje, se asoció a las mil maravillas con Diego Ribas. La lástima es que el brasileño no siguió en la disciplina colchonera. Con Falcao también se entendía muy bien, pero tristemente, el colombiano sólo ha estado dos temporadas. Es difícil de digerir que, los compañeros que te hacen mejorar se van yendo y te vas quedando solo. En el caso de Arda, ocurrió todo lo contrario, lo ha sabido llevar a la perfección y ahora, él junto a Diego Costa lidera al Atlético de Madrid con el mejor inicio posible en toda su historia. Hemos hecho mención a Falcao, a Diego, y nos falta Adrián, afronta su tercera temporada de rojiblanco. En la primera tuvo un rendimiento altísimo, en la segunda lo contrario, flojo, muy flojo y ésta no pinta bien, ha perdido esa chispa.
Ahora, destacaremos las virtudes de Arda, y pasaremos por encima sus escasos defectos. Se desenvuelve de una brillante forma por la línea de tres cuartos. Es capaz de ocupar cualquiera de las tres posiciones, ambos extremos y detrás del punta. Más allá de que está capacitado para jugar bien, ayuda mucho a sus compañeros y eso es muy importante en el fútbol. Ser solidario con los que rodean, te ayuda a mejorar día a día. Los aficionados rojiblancos están acostumbrados a verle por la banda izquierda, junto a Filipe hacen una gran pareja en el flanco izquierdo.
No piensen que Arda, es un extremo puro, se equivocan. Es un fantasista con mucho sacrificio, capaz de sudar la camiseta minuto tras minuto y jugada tras jugada. Lo que realmente le hace ser diferente al resto de futbolistas es su pausa. La capacidad de atracción que tiene para absorber a los defensas es brutal, sus recursos técnicos son una dulce golosina para la afición del Manzanares. Usa muy bien su cuerpo y nos regala grandes cosas semanalmente, lo que hace, está al alcance de pocos terrestres. Si conocen la envolvente de Xavi Hernández, Arda hace algo similar. La diferencia es que cuando lo tiene claro se da la vuelta y te cambia de ritmo, los defensas se quedan confusos, es imposible quitársela.
Otra gran virtud del otomano es su visión de juego, si tiene tres opciones de pase, se arriesgará y buscará al compañero mejor posicionado, confía mucho en sus posibilidades y no teme al error. En el caso de que se equivoque y pierda el balón, hará todo lo que esté en su mano para recuperarlo. Lo mejor de todo, es, que tiene gol. Llega muy bien a puerta y sabe definir sin problemas. Esta temporada está siendo fantástica para él. El gol que marcó contra el Zenit, resume a la perfección a Arda, un barullo en el área termina con un disparo suyo, lo rechaza un defensa y él llega cómo un torbellino, marcó con el alma y adelantó al Atlético de Madrid de nuevo.
El hecho de ser tan querido por la parcela rojiblanca es fácil de explicar, más allá de su rendimiento futbolístico. Ha demostrado mucho quedándose, y eso los aficionados lo agradecen. A lo largo de esta temporada seguirá creciendo y nos mostrará nuevos recursos que tiene guardados para ocasiones especiales.
Arturo Herrera/@arti8herdi2/@footballfantas3