El Racing de Santander llegaba al sur de Madrid con la ilusión de conseguir superar una nueva eliminatoria copera y seguir soñando. Su rival, el Leganés no se lo iba a poner nada fácil. Ambos conjuntos deseaban pasar de ronda y enfrentarse contra un equipo de Primera División. Los equipos de Primera con los que pueden cruzarse, son los que disputan competiciones europeas (UCL y UEL).
El equipo cántabro probó cosas nuevas en su alineación. Paco decidió dejar en el banquillo a Koné, su máximo goleador en Liga (Segunda División Grupo I) y a los dos jugadores más regulares esta temporada (Borja Granero y Saúl García). A priori se equivocaba, pero terminaría acertando.
El Leganés fue llevado en volandas por su afición, no dejaron de animar en ningún momento. El primer acercamiento claro fue del Racing, un buen centro de Orfila desde la parte derecha no encuentra la cabeza de Mariano por centímetros. El aviso de los montañeses hizo despertar a los madrileños. La clásica pitada en el minuto trece de la afición racinguista terminaría con el gol inicial del delantero del Leganés. Un perfecto pase de la muerte fue hallado por Álvaro García. El estadio de Butarque ardía, el sueño de superar a un histórico estaba más cerca, por lo tanto enfrentarse a un equipo de la LFP también.
Lo paradójico era que el gol le sentó bien al Racing, se dejó ver más en las zonas ofensivas del campo y conseguía crear peligro con poco esfuerzo. La tónica a seguir era la siguiente, balones aéreos a Mariano y que éste comenzará la jugada desde la línea de tres cuartos aguantando el balón. Miguélez era el que mejor entendía los movimientos de la torre de Benidorm, ambos se buscaban mutuamente. El asturiano buscó varios disparos lejanos a lo largo del encuentro, no tuvo la fortuna deseada. En defensa, Juanpe y Agustín estuvieron atentos, pero muchos racinguistas se preguntan, ¿qué pasa con Oriol?
Andreu, estuvo perdido y lo pagó, no organizaba el juego lo bien que sabe. Estuvo a punto de estropear el sueño racinguista con una pérdida antes del descanso, rectificó y fue amonestado. Salvó un gol y al Racing. El problema, es, que esa tarjeta le sacó del terreno de juego por decisión técnica. Paco pensó que la entrada de Koné era necesaria, el mediocampista catalán fue el damnificado. La chispa del costamarfileño era clave. Mario salvó del segundo al Racing y pedía más intensidad a sus zagueros.
La segunda parte comenzó con otro guion, la presencia del velocista Koné en la banda derecha abría más puertas. La más importante, la terminó abriendo el Racing, era el arco madrileño. Lafuente que estaba posicionado en la banda izquierda, decide entrar por la derecha, la vigilancia defensiva del Leganés centraba sus miradas en Koné y Mariano. El menudo extremo vasco entró en el área rival y fue arrollado por un defensa. El árbitro no lo duda, roja y expulsión. La pena máxima podría introducir en el sino del partido a los de Paco. El encargado de botarlo, sería Soria, ya marcó una pena máxima contra L´Hospitalet y metió a su equipo en el partido. Ésta vez hizo lo mismo, anotó el penalti y su equipo se animó.
Con el gol cántabro, el Leganés se vino abajo. Unos minutos después, el árbitro expulsaría al lateral izquierdo racinguista (segunda amarillas), Iñaki. La guerra por la Copa empezaba a ser más dura de lo imaginado. Ambos entrenadores tuvieron que recomponer sus líneas defensivas con los recambios del banquillo. Saúl es un pilar básico en este Racing, y lo demostró.
El joven jugador subió la banda una y otra vez, sabía que al ser diez, su equipo necesitaba ese plus que él tiene. Koné tuvo la victoria en sus botas, el hecho de no confiar en él mismo, le hizo centrar el balón en vez de ejecutar un disparo franco con su pierna derecha. Soria no lo entendió y no llegó a tocar el esférico. El Racing apretaba, pero el Leganés iba a ser el dueño del último tercio de los noventa minutos reglamentarios.
El conjunto cántabro se iba a replegar atrás, su juego se iba a ver más favorecido con esta circunstancia. De nuevo, el pelotazo a Mariano era el objetivo prioritario, el balón debía de pasar rápido por Miguélez y que éste buscará en las mejores condiciones posibles a Koné o intuyera un desmarque suyo. El ex del Alcorcón tuvo que jugar en el doble pivote por la expulsión y lo hizo de fábula.
La última bala de Paco era Borja Granero. La prórroga era casi un hecho. El despliegue físico y la lucha del potente mediocentro le hacían ser un protagonista de oro para esta bonita y sufrida cita.
La prórroga era una ruleta rusa, el cansancio hizo que los dos equipos se preocuparan más de no encajar un gol que de marcarlo. Los minutos pasaban y pasaban, y el resultado seguía igual. Todo parecía indicar que el penalti botado por Soria no iba a ser el único que habría en esta eliminatoria.
Y así fue, los once metros serían los encargados de decidir quién iba a pasar de ronda. La diosa fortuna sonrió a los cántabros, anotaron sus cinco lanzamientos (Miguélez, Juanpe, Borja Granero, Saúl y Koné) y Mario paró uno. Los tres hombres introducidos por Paco (pincha aquí y verás el partido que vivió el entrenador) anotarían sus correspondientes penaltis. El Racing estará en el sorteo de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Una gran noticia debido a las tormentas que rodean a los verdiblancos día a día, al menos este no es un mal regalo teniendo en cuenta que sigue siendo el centenario del viejo Racing.
Arturo Herrera/@arti8herdi2/@footballfantas3