Siempre que el Trueno se enfrenta al Tejar, es un partido especial. Recordamos que en ese equipo juega el que fuera entrenador del Trueno. Lamentándolo mucho, José (exentrenador del Trueno y jugador del Tejar), no iba a poder disputar dicho encuentro. El Trueno llegaba con muchas bajas, la más importante la del portero y Sergio. Casualidades de la vida, Sergio iba a ser el que ocupara la posición de arquero, su lesión le impedía arranca, pero no ayudar. Aprobó con nota este desafío. El Trueno empató a uno. Segundo punto conseguido (sólo contabiliza este porque el partido contra Patatas Marisa no contó para PD San Gabriel). El partido empezó con un Trueno muy bien ordenado. Todo el equipo defendía y lo hacía muy bien. Los apoyos se multiplicaron, respecto a otros partidos. La defensa estaba muy segura, Pato y Hernán, cada vez se entendían mejor. Borja estuvo sobresaliente en el carril izquierdo. Y en lado opuesto, Kichi, el habilidoso lateral hizo un excelente encuentro, subió siempre que vio la oportunidad.
Los primeros minutos pasaban lentos, la lucha en la medular por parte de los dos equipos no daba tregua a su rival. Cuando se iba a llegar al minuto veinticinco, a la salida de un córner, llega el gol del Tejar. Un barullo en el área pilla a Sergio descolocado, él se confió y lo pagó.
El gol no afectó al Trueno, continuaban luchando. Arti tuvo la oportunidad de marcar, pero su tiro se marchó alto. Álvaro empezó a entonarse y el equipo lo notó. Vaya si lo notó. En una jugada intermitente, Chete saca a relucir su magia, un tacón que lo podía haber firmado el mismísimo G14HAZ. Dicho tacón dejó solo a Álvaro, él es un definidor nato y no desaprovechó la oportunidad. El Trueno había empatado y lo mejor de todo, es, que, lo merecía. El ariete define con clase al palo corto, la fortuna se alió con él, el portero roza el balón, pero al final cruza la línea.
El empate hizo que los dos equipos se respetasen mutuamente, sabían que el partido iba a ser muy largo y que había que reservar fuerzas. Y así, llegó al descanso.
Rodri fue uno de los sustituidos. El espigado y veloz extremo lo dejó todo en la primera parte. Ayudó mucho en defensa y aún tenía fuerzas para hacer cosas en ataque. Caso similar al de Iñaki, el argentino sudó más que nunca. Terminó ahogado y pidió el cambio. Muro y Plaka salieron a revolucionar el partido. El dorsal número nueve, volvía al equipo tras su lesión de rodilla.
Las ocasiones se contaban con cuentagotas, pues la verdadera guerra continuaba en la medular. Muro tuvo un par de acciones peligrosas al final del partido, la primera se la jugó y el portero la paró. La segunda la cedió y Álvaro no pudo rematar con certeza. Plaka volvió a la banda derecha, ayudó mucho a Kichi y eso permitió que el lateral pudiera atreverse a disparar desde lejos. Plaka marcó el año pasado aquí, fue su primer gol con el Trueno. Su potente disparo a bote pronto, estuvo a punto de dar la victoria.
Así terminó un partido especial. El Trueno consiguió su primer punto en la clasificación y atrás quedan los resultados de las temporadas anteriores en el feudo más bonito, el Cerro del Espino. No sería justo terminar esta crónica sin reflejar en estas palabras, la capacidad de lucha y sacrificio que demostró Jaime. El titán de la medular fue el comandante del Trueno, al no estar Sergio, él tuvo que echarse el equipo a la espalda.