El fútbol profesional es bonito. Muy bonito. Por ello lo disfrutamos tanto cuando lo vemos por la televisión o vamos al campo. En el Trueno Majadahonda no hay ninguna finalidad competitiva. El objetivo de este equipo es seguirse viendo los fines de semana. Han pasado doce años desde que esta increíble y trepidante aventura arrancó. Quedan muy pocos jugadores de aquel conjunto de niños que salían los viernes de clase y se iban a entrenar.
Los que se fueron aportaron su granito de arena y huyeron. Los que se quedaron, y otros que iban viniendo año tras año hacían presagiar que esta historia iba cogiendo una peculiar forma, además de especial. Tras cuatro años compitiendo en Fútbol Sala por diversos campos de Majadahonda y Las Rozas, se dio un salto más, pasaron a jugar al Fútbol 7.
Las palizas futbolísticas eran reales, creaban tristeza entre los jugadores, eran sólo unos niños de trece años. Esos partidos dolían mucho, y ver que tus padres se habían desplazado para verte hacer el ridículo. Esa desastrosa experiencia fue un año nada más. Este grupo de niños, cayeron en gracia, un gran entrenador, José, apareció en sus vidas y les enseñó a jugar en equipo. Puedes ser bueno o malo, pero si sabes jugar en equipo, amigo, tienes mucho ganado.
En sólo dos años, los niños ya eran adolescentes, y… ¿Saben qué? Levantaron el trofeo de Campeones de la Liga de Majadahonda en el año 2008. Sí, es raro, lo que hace no mucho era un desastre, pasó a ser una brillante luz que alumbraría el camino de estos jugadores. El problema es que, esa actitud ganadora duró poco tiempo.
Siempre estuvieron en los puestos altos, pero no volvieron a ser campeones. Tras siete años jugando al Fútbol 7, se termina esta época y se cree conveniente dar un salto más. Comienzan a jugar al fútbol como lo conocemos comercialmente. Once contra once. En un campo de cien metros de longitud y sesenta y cinco de ancho.
Este año, es el tercero en esta amplia superficie de color verde. ¿Qué quieren que les diga? ¿La realidad? La realidad tiene los siguientes datos: sesenta partidos jugados, dos ganados y uno empatado. Sí, han leído bien, sesenta. Es muy triste darte cuenta que por querer crecer has vuelto al pasado. Las palizas de hace nueve años no son comparables a las recibidas en estos dos últimos. Perder de diez, quince y hasta de diecinueve goles te hace replantearte el futuro del Trueno. ¿Debemos seguir jugando? La respuesta es sencilla, por supuesto.
Más que por la tradición, por la sencilla razón de crecer futbolísticamente en grupo. La técnica importa y mucho, el físico también, pero lo más importante de todo se llama alma global, y de momento, eso no lo tienen.
Para muchos este equipo es la mayor pérdida de tiempo, para otros es lo más bonito que les ha ocurrido en la vida. Me quedo con la segunda afirmación. Alguien que se queda a pelear hasta el final, es una persona que merece ser respetada y también admirada.
Ese grupo de gente, es el que busca Mauricio, el nuevo entrenador. Tiene muchas ganas de empezar su proyecto. Considera imprescindibles a los diecisiete jugadores que tiene a día de hoy la plantilla, pero no la da por cerrada.
Arturo Herrera/@arti8herdi2/@footballfantas3